A Zeno.FM Station

MENSAJE DE HÉCTOR MOREIRA Y BREVE RESEÑA SOBRE EL ANIVERSARIO DE VILLA 25 DE MAYO

Publicado el: mayo 26, 2024


Feliz Aniversario!!!
1874 -25 de mayo- 2024
Centésimo Quincuagésimo Aniversario de Villa 25 de Mayo, departamento de Florida.

Los 150 años de la querida villa que, abracé al ocupar la dirección de la escuela pública, Nº 5, en 2006 me llevan a evocar su gente, sus rincones, su maravillosa historia…

Fueron nueve años consecutivos, viajando en moto hasta desde La Macana, donde resido hasta la terminal de ómnibus de Florida. Luego, Empresa Gabard me llevó diariamente, temprano en la mañana, a las 07:15 hs partía el coche. Los viajantes, casi todos conocidos, colegas que trabajaban en escuelas y liceos, en Isla Mala, Cardal y zonas rurales.

Viví cada jornada sin apuro, encontré mucha paz, tanta que me sentí parte del lugar.

Grandes personas acompañaron mis comienzos en la villa, las maestras Graciela Garabagno y Flavia Rodríguez representantes genuinas de la comunidad escolar, ambas fueron pilares fundamentales para insertarme en la vida social y a través de ellas, conocí mucha gente, entre ellos, a don «José Montenegro», incansable luchador si de mejorar el pueblo se trataba.

Sin duda, que tuve excelentes compañeros en la escuela, no solo colegas docentes, también en los auxiliares de servicio: Cristina Rodríguez, Hugo Silva y Juan Carlos Luzardo, luego hubo otros.

La Comisión de Fomento que colaboraba incansablemente en la organización del Papi Fútbol y Festival del Reencuentro y otros festivales benéficos, tuvo en Luis Cotelo, Amado Abraham, Wálter “Pájaro” López, Adrian Arias, José Luis Pacheco, Norma Viera de Abraham, Néstor Sequeira, Raúl Arias, Estela Pérez de González, Luis Ernesto Rizzo, Olga Arias, Liliana Barceló, María Mujica de Rizzo, Dario Luis Roca, Ivonne Berdías de Parard, José Fernández, María de los Ángeles Britos, Daniel Burguez, Macarena Más de Rava, Carolina Pereyra, Leticia Silva Arancegui, Paola Cambio, María José Pacheco, Lorena Noya de Cambio, Estela Acosta, Andrea Colombo, Álvaro Melgarejo, Roxana y Jorgeana Marroco y tantos otros, a verdaderos titanes trabajando por la institución escolar.

Las reuniones, las hacimos en el local escolar comenzando a las 20:00 horas, los días de sesión regresé a Florida, en la CITA de las 23:00 hs. permaneciendo en la villa más de quince horas.

Me resultó agradable descubrir el silencio característico de la noche, la penumbra de la sombra de los árboles de la Plaza Artigas, y muy de vez en cuando, la silueta de alguien caminando rápido hacia su casa, todo esto mientras aguardaba el ómnibus en la parada.

A esa hora, Dardo Martínez había silenciado la música e información que irradiaba a través de la Red del Lago.

Conocerte y quererte, 25 de Mayo fue simultáneo.

Quise regalarte algo, que me naciera del alma, y lo hice a través del libro que da a conocer tu gran historia. Así que “Los Alpes de la Isla Mala” cumple ese cometido.

Pero quedan muchas páginas sin escribir, por eso invito a los jóvenes de la villa a que se animen a descubrirlas en la memoria de los abuelos, ellos guardan grandes tesoros que no pueden perderse en el olvido.

En este sentido, ahora que han pasado más de diez años, de que dejé la villa tengo muchas cosas que agregar, las que en el momento de la publicación no pude hacer, ya que el libro resultó extenso.

Quiero al celebrar hoy el 150 Aniversario nombrar a Don Salvador Shien, el “Inglés” como le llamaron sus contemporáneos y a Doña Catalina Harlepo, la esposa que era de nacionalidad francesa.

En los comienzos del Siglo XX, apenas iniciada la primera década del 900 se destacaron por ser ciudadanos virtuosos y ejemplo para la comunidad.

Doña Catalina había dejado su tierra natal cuando era una niña de tan solo doce años, aquí en el Uruguay se reunió con sus hermanas María, Mariana y Margarita, las tres mayores que ella y ya casadas. Se casó muy joven y tuvo dos hijos: Raúl y Rómulo, pero poco tiempo después enviudó.

Pasó mucho tiempo, hasta que conoció a el “Inglés” que al contrario de lo que decía el apodo, era nacido en el Uruguay siendo en cambio, su padre nacido en Inglaterra.

De esta unión nacieron cuatro hijos, a los que cuidó con ternura maternal, siendo celosa orientadora cuando fueron creciendo, respetando los derechos que tenían pero exigiendo en cambio, el estricto cumplimiento de las obligaciones que como contrapartida tenían.

Y eso, seguramente lo tenía incorporado en su naturaleza humana, y cómo no habría de ser de otra manera si ella venía de la heroica Francia, cuna de la Libertad y de los Derechos Humanos?

Doña Catalina, amó el Uruguay, su patria de adopción. Amó su Isla Mala, las canteras de granito, las caleras, la vid. La estación del ferrocarril que tantas historias dejó de aquél tiempo. Estaba aún joven en la memoria de la gente el recuerdo del fundador Don Ramón Álvarez, a quien ella también rindió tributo para que el caserío fuera cada día mejor y reconocido en todas partes.

Se dice que físicamente tuvo las características de su raza, que hablaba poco, que era sumamente amable en el trato con la gente. Algo severa pero con un corazón muy sensible. Vasta saber que cuando algún niño o adulto mayor se acercó a la panadería siempre tuvo un gesto de bondad. De inmediato, ofreció una taza de leche caliente, ricos bizcochos y pan aliviando así, el padecer de los más desvalidos en los crueles días de invierno.

Trabajadora incansable, prototipo de la mujer humilde y sencilla atendió las tareas del hogar y el comercio. Como es de advertir, poco tiempo tuvo para el descanso, y cuando lo encontraba leía mucho, leía por placer, en la lectura encontró el sedante a su fatiga.

Murió a los ochenta y séis años de edad, imposibilitada de caminar pero con una lucidez extraordinaria. Hoy la evoco, como fiel testimonio de una época difícil de comprender por las generaciones del hoy y del mañana.

Y, que no decir, de su esposo Don Salvador Shien, el “Inglés” que al igual que su esposa fue pilar de la villa que apenas tenía poco más de tres décadas de fundada. Era criollo de pura cepa. Sus padres habían llegado al Uruguay junto con el ferrocarril.

El “Inglés” trabajó en las tareas rurales, compra venta de ganados, arreado de vacunos por tropas, yerras, y cualquier otra que se le presentó. Donde hubo una reunión campera, allí estuvo él. Por eso fue muy querido y se rodeó de amigos.

Tuvo buen carácter, era alegre y jovial, en su rostro dibujó una sonrisa amplia y franca, en su interior se cultivó un alma pura de grandes afectos.

Ampliamente solidario, cuando alguien necesitó ayuda, fue firme en su lucha contra las injusticias, apasionado y consecuente, luchador incansable por sus ideales y sobre todo, un buen padre.

Contaré una historia real en la que fue el “Inglés” protagonista de una hazaña inigualable. Cierta vez, las lluvias torrenciales habían desbordado el Río Santa Lucia Chico y las hermanas Lagos, que vivían en un modesto rancho de paja y terrón se encontraban aisladas, en los campos de Castilla.

Todos conocían el padecimiento de las viejecitas, hijas de un servidor de la patria, en los tiempos de las luchas por la independencia pero ninguno se animaba a cruzar la crecida para llevarles lo que necesitaban. Las voces iban de casa en casa, -pobres viejecitas, lo mal que estarán pasando- y se perdían al llegar a la última de las casas del pueblo sin encontrar ningún tipo de solución.

Y fue entonces que Don Salvador llenó una maleta de galleta, yerba, carne, harina y tabaco, se la cruzó a la espalda, se quitó algo de ropa y montado en su valiente caballo “ el Doradillo” atravesó la corriente del embravecido río llevando el sustento necesario a las ancianas.

Fue un acto de enorme arrojo solidario, nunca se vanaglorió de haberlo realizado, no hubo en su espíritu y corazón el sentimiento de ser mejor que los demás.

Doña Catalina y Don Salvador ayudaron siempre a todos los que llegaron con problemas, no solo de índole económico fueron también grandes consejeros, y “maestros” de la vida que enseñaron con el ejemplo.

Fuente de consulta: «Mi raíz…Mis padres. Firmado Brasas de Coronilla. (Elida Shien de Saldombide). Manuscrito.

Adjunto una imagen de la Estación de Isla Mala, (año 1889), tomada solo 15 años después de fundada y del manuscrito citado.

Feliz aniversario!!!
Héctor Moreira.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *